UNA MIRADA MÁS PROFUNDA A LA ORDENACIÓN DE LA MUJER #06: ¿Puede una Mujer Pastorear una Iglesia Local?

por Ty Gybson

La mayoría de los defensores de la ordenación sólo para hombres, debido a que la evidencia exegética lo demanda, aceptarán que 1 Timoteo no constituye un caso en contra de las mujeres en un rol pastoral. Pero después insisten en una condición: “está bien” dicen, “sí, las mujeres pueden ser pastoras, pero no pueden ser ordenadas como tal, y no pueden ocupar puestos de liderazgo, administración o dirección en la iglesia local.” Se resisten a esta restricción porque no pueden aceptar a una mujer en un rol de liderazgo ante una congregación porque, claro, cualquier congregación formará parte de ambos, hombres y mujeres.

Al parecer, Elena G. de White, tenía la opinión de que ser líder de una iglesia local era más un asunto de cualificación de carácter verdadero que de género:

“No es siempre los hombres que son mejores adaptados al éxitoso administración de la iglesia. Si mujeres fieles tienen una piedad y devoción más profunda que los hombres, ellas pudieran por sus oraciónes y sus labores hacer mas que los hombres que andan en sus corazones y vidas no consagrado” (Manuscript Releases, Vol. 19, p. 56).

De nuevo, encontramos un equilibrio. Esta declaración descarta la posibilidad de actuar bajo la suposición de que una mujer no puede liderar una iglesia. La declaración no niega la necesidad de tener un liderazgo de hombres piadosos en iglesias locales, pero va más allá e insiste en que a veces las mujeres son la mejor opción para el trabajo. Son el carácter y el talento los que cualifican.

Ahora, mira esto:

La palabra “obispo” en 1 Timoteo 3:2 es episkopos, y significa literalmente “supervisor” (ESV). Pablo nos dice que “el supervisor (episkopos) dirige (oikonomos) la familia de Dios” (Tito 1:7). En otras palabras, parte de la descripción bíblica del trabajo del episkopos es la dirección o administración de la iglesia, y Elena G. de White evidentemente ve a mujeres, así como a hombres, en la función de dirección de la iglesia.

Así que hacemos frente a la autorización bíblica de que las mujeres pueden predicar y enseñar, y nos enfrentamos a la declaración de Elena G. de White, que a veces las mujeres están mejor adaptadas para la gestión exitosa de una iglesia. En este punto, algunos tratan de maniobrar alrededor de lo obvio y decir que es permisible que una mujer enseñe y predique, pero no es permisible que una mujer ocupe ambos puestos al mismo tiempo, porque así se reconocerían en una mujer los dos principales dones que equivalen a un pastor local. Claro que ninguno de estos razonamientos existe en la Biblia o en los escritos de Elena G. de White. Tan sólo estamos inventando ángulos y argumentos a medida que avanzamos para evitar las implicaciones claras del material inspirado ante nosotros.

Mas ahora, para que no haya ninguna duda, considere un punto más que nos permitirá alcanzar una claridad perfecta en cuanto al asunto de si las mujeres son o no aptas para ocupar el rol ordenado de “supervisora” (episkopos). Siga cuidadosamente:
Ambos lados del debate están de acuerdo en que todos los dones espirituales incluyen los dos géneros (Romanos 12; 1 Corintios 12; Efesios 4).
Todos también reconocen que uno de los dones es el de “pastor” (poimēn), como se indica en Efesios 4:11, y por lo tanto todos están de acuerdo en que las mujeres, así como los hombres, pueden ser “pastores.”
Mas con el fin de restringir a las mujeres “pastores” (poimēn) del rol de los “supervisores” (episkopos) ordenados, los opuestos a la ordenación de la mujer han insistido en que debe haber una distinción entre dones espirituales y cargos, el razonamiento sigue siendo que una mujer puede recibir y ejercer el don espiritual de “pastor,” pero no puede ser ordenada en ese rol como cargo equivalente al rol de “supervisor” (episkopos).

¿Me va siguiendo hasta el momento?

Ahora fíjese en lo que 1 Pedro 5:2 dice al líder de la iglesia local:

“pastoread (poimainō es la misma palabra que ‘pastor’ en Efesios 4:11) el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él (episkopeō es la misma palabra que ‘obispo o supervisor’ en” (1 Timoteo 3:2).

Lo siguiente es, por lo tanto, evidente:
Uno de los dones espirituales para hombres y mujeres es el de “pastor.”
Y Pedro dice que el “pastor” es uno y la misma posición que el “supervisor.”
Por lo tanto, aceptar que una mujer pueda recibir el don espiritual de “pastor” es aceptar que si dejamos que todas las escrituras nos informen, una mujer podrá ocupar el puesto de “supervisora” ordenada en una iglesia local.

PUBLICADO ORIGINALMENTE: https://lightbearers.org/blog/una-mirada-mas-profunda-a-la-ordenacion-de-la-mujer/

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